sábado, 20 de febrero de 2010


¿Y del futuro de Aspe, qué, señora Martínez?"
Hay que empezar por proclamar lo evidente; esto es, que Aspe ha dejado de ser lo que era, que ya no somos referente de modernidad, ni de cultura. Lo reflejan los anuarios. Y que esto ha ocurrido desde que el PP llegó al gobierno es una cuestión de estadística. Nieves Martínez ha cometido muchas torpezas y ha contribuido de manera importante a socavar la credibilidad de Aspe. Pese a ello, no debemos darnos por vencidos, los vecinos de Aspe debemos propagar a los cuatro vientos que otra manera de hacer las cosas es posible.
Aspe está en una situación crítica, con tasas de paro en la localidad que se acercan peligrosamente a los 3.000 desempleados. Por eso, hay algunas conductas que resultan del todo inexcusables. Entre las más flagrantes está que, a estas alturas, no se haya elaborado el presupuesto municipal, lo que supone que no estará en vigor hasta casi el verano. En la práctica, los planes de empleo y los programas sociales, o las asociaciones, están paralizados porque no hay todavía ni consignación presupuestaria para los primeros, ni las segundas saben con cuánto dinero podrán contar para funcionar en el 2010.
El segundo punto importante a destacar es que, aunque la crisis no sea un problema exclusivo de Aspe, y que las cifras de desempleo sean malas en todas partes, sí es un elemento distintivo la improvisación y la falta de compromiso con el empleo del Plan E por parte de la alcaldesa y su equipo. Y por eso, se debería tener más cuidado cuando se toman decisiones en contra de las recomendaciones de los técnicos, que es como poner una diana sobre Aspe para que las empresas piensen que “ancha es Castilla” y pongan su rentabilidad económica por encima de las necesidades de empleo de los aspenses. En definitiva, que hay mucho de talante personal y político en el modo en el que marchan las cosas. No se trata, por tanto, de atacar a la alcaldesa sino de defender a los ciudadanos de Aspe.
Otras actitudes reprochables a Nieves Martínez es que sea incapaz de dar respuesta a preguntas como: ¿Qué ha sido de los proyectos de polígonos industriales para generar empleo y riqueza? ¿Cuándo se acometerá una reforma de los servicios municipales, cada vez más ineludible, para adecuarlos a las necesidades actuales y abaratar sus costes? ¿En qué fase se encuentra la redacción del nuevo plan general, tan necesario para planificar el futuro? ¿Cuál tiene que ser la orientación de nuestra economía para generar empleo y prevenir en el futuro los efectos de nuevas crisis económicas?
Sería bueno que no perdiéramos oportunidades, como el nuevo y segundo Plan E, para generar empleo y confianza en el final de una crisis que se nos antoja a todos demasiado larga. Hemos recibido en el periodo de un año más de 5 millones y medio de euros del Gobierno de España, dinero suficiente para darle la vuelta al pueblo y sostener con ello la caída del empleo. Lo único que los populares han sido capaces de generar ha sido incertidumbre en el futuro, qué pasará si Zapatero no sigue enviando dinero con otros planes. La falta de proyecto y de ganas de trabajar del equipo de gobierno del PP ha convertido los Planes E en un gran negocio para algunos y en una limosna para otros que ven con angustia como cuando estos acaben volverán a engrosar las listas el paro.
Estamos en una situación difícil pero no desesperada. Lo que más daño nos ha hecho son los ataques del PP hacia todo lo que provenga del PSOE, al que se le quiere echar la culpa de todos los males, olvidándose de los ciudadanos. No todo lo hicimos bien los socialistas, ni todo está hecho aunque, en líneas generales, no se está haciendo nada distinto de lo que ya dejamos hecho, salvo que el PP ha renunciado a la planificación, a diseñar un futuro que ilusione a los aspenses. Se han dilapidado los recursos, sin que las actuaciones hayan generado un valor añadido, sin que las inversiones sirvan para atraer otros recursos o hacer más rentables los que ya tenemos. Es necesario dar un volantazo a la política que se está haciendo en Aspe, y a ello tenemos que contribuir todos con trabajo. Tiempo habrá de que los electores pongan a cada cual en su sitio; entre tanto toca arrimar el hombro desde la crítica constructiva y las propuestas.

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