UNIDAD PARA SIEMPRE
Se cumple ahora un año del acto que unió a más de 9.000 personas de distinto color político en Elche para manifestarse en defensa del trasvase Tajo-Segura. Aunque ese era el motivo de la concentración no faltaron quienes reclamasen con pancartas otros trasvases que nadie hoy defiende en España. No es que en España no exista cultura de trasvasista, que la hay. El trasvase Jucar–Vinalopó será una realidad este año. Tampoco la visión del agua como un recurso público es patrimonio de ningún partido político, la prueba evidente es que el citado Jucar-Vinalopó será una realidad gracias al gobierno socialista. Los únicos trasvases que se podrán realizar ahora y en el futuro son aquellos que como han acordado todas las fuerzas políticas sean medioambiental, económica y socialmente sostenibles. Esta nueva visión de cómo debe ser tratado un recurso tan escaso como el agua ayuda a superar rancios planteamientos que lo único que provocaron es el enfrentamiento entre las distintas comunidades autónomas españolasNo obstante, aún hay quien intenta plantear el debate del agua en términos de confrontación, son los menos pero conviene que no nos confundan con ellos. La inmensa mayoría de los alicantinos defendemos la continuidad de los caudales que el Tajo aporta al Segura. Esto no se hace en contra de los castellano-manchegos, a pesar de que en aquella manifestación se podían leer carteles con el lema “no al estatuto de Castilla-La Mancha”, que no comparto en absoluto. No entiendo que para defender algo tan necesario para esta tierra como el trasvase se tenga uno que oponer al desarrollo de otros, ambas cosas son compatibles. Creo que las pancartas deben empezar a ser unánimes y decir “Todos con el trasvase Tajo-Segura”, que es lo que se podía leer en la fachada del ayuntamiento de Elche. No defendemos el trasvase contra los castellano-manchegos, sino junto con ellos, porque carece de sentido defender que las cuencas deficitarias necesitan aportes externos para su supervivencia y desarrollo y negar la posibilidad de ese crecimiento para los habitantes del centro de la península.El Estatuto de Castilla-La Mancha está próximo a debatirse en el Congreso, y todas las fuerzas políticas coinciden en que no podrá salir adelante sin el consenso de todos los grupos políticos, que es tanto como decir sin el acuerdo de todos los españoles. El trasvase Tajo-Segura no tiene más amenazas que las del cambio climático (en estos años casi ha sido imposible trasvasar agua porque no había) o la de aquellos que continúan intentando presentarse como los defensores de los derechos de los valencianos. El PP todavía esta inmerso en campañas y actos de propaganda para confundir a todo el mundo, de ahí que resucite estos días el trasvase del Ebro, cuando el PP ya derogó el trasvase en su programa electoral.Los valencianos ya estamos hartos, queremos soluciones a la crisis económica que es más aguda en la Comunidad Valenciana que en ninguna otra parte de España, somos la comunidad donde menos creció el PIB; queremos educación de calidad para nuestros hijos y no ser el hazmerreír de España a la cabeza en fracaso escolar; o ver como nuestro sistema de atención sanitario o de atención a las personas en situación de dependencia está a la cola de toda España. El Sr. Camps no tiene mucha más tela que cortar, y nunca mejor dicho, debería presentar su dimisión por lealtad a los valencianos a los que tanto dice querer, pero a los que con sus actuaciones y las de su gobierno perjudica diariamente. Esta tierra se merece un cambio hacía la modernidad, el trabajo, el compromiso real con los ciudadanos, la transparencia…, el mismo que José Luís Rodríguez Zapatero trajo a España. El cambio es posible. PODEMOS.