¿Qué opinión le merecen los resultados electorales en Aspe? Y en particular ¿cómo valora los resultados de su partido, el PSOE?
Aspe ha votado y ha querido, con su voto, que la izquierda vuelva a gobernar a sus vecinos y sea la mayoría. Pero algo no estaremos haciendo bien para que el PSOE no sea ahora la opción de cambio de los aspenses. Hemos cosechado los peores resultados de la historia de Aspe con 4.065 votos. ¿La crisis? Sí. ¿El efecto Zapatero? Sí. ¿La falta de una oposición contundente al PP? También. EL PP ha arrasado en toda España pero también tengo que decir que hay municipios donde estábamos en la oposición y en donde hemos ganado y vamos a gobernar como Rafal o Rojales e incluso municipios donde hemos conseguido aumentar la mayoría absoluta como Alfàs del Pi o mantenido la mayoría como en Jijona. Por tanto, ¿qué ha pasado en Aspe?
Entonces esos malos resultados ¿a qué se deben?
A una falta de una oposición contundente al PP. La llamada "oposición alegre” que algunos acuñaron y con la que muchos no estuvimos de acuerdo se basaba en la creencia: no hay que hacer nada, la gestión desgasta ahora al PP, y no pasa nada si EU sigue con su campaña de acoso y de intentar asimilarnos a la derecha y culpabilizarnos de todos los males, total después no van a tener más remedio que pactar con nosotros y darnos la alcaldía porque somos más.
Pero en los plenos el PSOE ha intervenido en todos los asuntos, no ha estado callado.
Sí, pero se ha renunciado a defender nuestra gestión con orgullo, con la certeza del trabajo bien hecho para y con los ciudadanos. Si por algo hemos ganado hemos merecido la confianza de los ciudadanos ha sido porque nuestra gestión siempre la hicimos desde el contacto directo con los ciudadanos, con las puertas abiertas, aunque eso supusiera recibir también a quienes nos criticaban. Supimos proponer las líneas de futuro para el desarrollo de nuestro pueblo y hacernos entender por los ciudadanos. Ahora todo eso no existe, y es lo que ha llevado al socialismo aspense a la actual situación y, lo que es más grave, a que Aspe este condenado en la actualidad a la parálisis que nos empobrece y destruye el empleo que supimos crear en 24 años de gobierno.
Su opinión contrasta con la euforia con la que muchos socialistas viven después del resultado electoral. ¿Por qué es usted tan pesimista?
No lo soy en absoluto. Lo que intento es ser lo más honesto conmigo mismo y con mis convicciones, y eso me lleva a plantearme que algo habremos hecho mal en los últimos tiempos para bajar de los casi 6000 votos a los 4065 actuales, los mismos prácticamente -60 más, aunque en términos de porcentaje de votos hemos bajado más de un punto- que hace cuatro años y que entonces reconocimos como el mayor desastre electoral del PSOE en Aspe. No hemos sido capaces de recuperar a ese electorado progresista y eso exige una profunda reflexión y crítica que tiene que llevar aparejada cambios importantes y sustanciales.
Dice que los aspenses ahora no les consideran la mejor, o la única alternativa, como lo hacían antes ¿Qué ha cambiado?
Los aspenses siempre han visto al PSOE como ese motor de cambio que supo sacar a Aspe de una crisis de identidad y del fracaso como colectividad al que los gobiernos de la derecha nos condenaron. Una sociedad que en lugar de generar ilusión, empleo y servicios tenía sentenciado a los ciudadanos a no tener ningún servicio, y a que los jóvenes emigraran porque no había ni ilusión, ni empleo. Nuestro gran éxito no fue otro que el de hacerles ver a los ciudadanos que podían conseguir todo aquello que se propusieran, creer en ellos.
Luego los malos resultados se deben, según entiendo, a una falta de confianza de la ciudadanía en el futuro.
Los ciudadanos pueden permitirse dar un paso cada vez, sin plantearse más. Los políticos por el contrario tenemos la obligación cuando damos un paso de anticipar cuales serán los siguientes. Quiero decir con esto que a lo largo de los años han surgido problemas, causados por la incomprensión en la gestión de algunos asuntos y propuestas, pero siempre mantuvimos el tipo y defendimos contra viento y marea –PP y en ocasiones EU- que lo que proponíamos era bueno y se hacía por el interés general. ¿A quién se le ha olvidado que cuando apostamos por hacer embalses en nuestro término? a pesar de no tener agua, pero como paso indispensable para poder exigirla porque la podíamos gestionar así salvar nuestra agricultura. Creamos polígonos industriales sin industria, pero necesarios para atraer industria que crease puestos de trabajo. Ahora nos toca repensar el futuro.
¿No será también que los vecinos perdieron la confianza en el PSOE?
Sin duda, los resultados están ahí. Sin embargo, creo que la perdimos no por no tener el mejor proyecto, eses capaz de dar solución a los problemas de los vecinos, sino por no saber defenderlo. En los últimos años se calumnió e insulto a nuestros representantes acusándoles de las peores cosas, pero algo cambió, el PSOE parecía no ser capaz de defender, sin fisuras, con uñas y dientes los proyectos y a quienes tenían encargada la difícil tarea de gestionar las grandes cuestiones.
¿Por qué ocurrió eso que usted dice? Si siempre lo han tenido claro, ¿qué les hizo variar el rumbo?
Creo que en los últimos tiempos perdimos impulso, capacidad de generar ilusión, preocupados más por evitar la confrontación política y ensimismados en la gestión del día a día. Ahí se sentaron ya las bases de los problemas posteriores: una continua polarización de los asuntos en torno a un esquema conflictivo PSOE- PP&EU estimulado desde los medios de comunicación locales y comarcales, las hoy llamadas TDT parties, la falta de un liderazgo y la situación de interinidad en la que el PSOE local parecía estar inmerso que generó una enorme desconfianza en que se tenían las ideas y los objetivos claros. Nos enrocamos en posiciones absurdas, alejadas de la percepción mayoritaria de la sociedad que demandaba más participación en la toma de decisiones, convencidos, en el fondo, de que no requería mayores esfuerzos que dejar pasar el tiempo centrados en explicar la buena gestión realizada.
Perdieron impulso…, se enrocaron en posiciones absurdas…, parece que tienen claro lo que estaba mal ¿Han corregido esos errores del pasado en estos cuatro años de oposición?
Esta legislatura ha sido una oportunidad perdida para haber intentado una labor de pedagogía política, empezando por la necesidad de explicara a los ciudadanos nuestro proyecto y desenmascarar a un gobierno de derechas que desde el primer día puso en marcha su modelo de reformas basado en decir que los servicios eran insostenibles y que había que empezar a pagar por ellos. Eso suponía también una toma de posición frente a EU para llegar a acuerdos de oposición, pero sin renunciar a reivindicar que la verdadera alternativa de izquierdas con opciones de gobierno era el PSOE.
Me está diciendo que si se hubiesen enfrentado a EU, oposición como ustedes, les hubiera ido mejor.
No, lo que reivindicaba es tener una posición propia, no ser el saco donde descargaban los golpes PP y EU. Ignoro cómo hubiera resultado una legislatura en la que hubiésemos defendido una posición frente al PP, pero también frente a una EU ávida de hacerse con los restos de un maltrecho PSOE aunque eso supusiera, como lo ha sido durante estos cuatro años, hacerle el caldo gordo al PP. No intentarlo en serio, por considerar que no se entendería una confrontación con EU, ha sido nuestra principal equivocación. Y, además, no ha evitado el alejamiento de una cierta izquierda que no ha entendido a un socialismo acomplejado y sin alternativas.
Por lo tanto, no vería con buenos ojos que el PSOE llegue a un pacto con EU. ¿Usted pactaría?
Evidentemente un pacto se tiene que dar. Yo con quien jamás pactaría es con el PP, no por la gente que me merecen todos ellos el máximo respeto, sino porque defendemos dos modelos totalmente distintos de sociedad. En cualquier caso, un pacto se tiene que hacer teniendo en cuenta la representatividad en las urnas y sobre la base de los programas. Dicho claramente, el PSOE tiene 8 concejales y EU 5 luego la alcaldía corresponde al PSOE. En cuanto a los programas existen muchas coincidencias, pero si hay cosas no comunes es evidente que quien más legitimidad, más respaldo ciudadano a sus proyectos, ha obtenido en las urnas también debe llevar adelante más iniciativas, aceptando también parte de las del socio. Lo contrario me parecería una dictadura de la minoría, y las dictaduras nunca traen nada bueno.
A juzgar por lo que ahora dice, no se lo he escuchado decir antes, no parece haber estado muy de acuerdo en los últimos tiempos con el modo de hacer política por parte del PSOE local.
No estuve de acuerdo con el modo de hacer política, ni interna, ni externamente, pero soy una persona que respeta las decisiones que se toman por las mayorías que existen en cada momento. A partir de ese momento defendí siempre aquello que me pedía mi partido, guardándome mis opiniones en público y haciendo compatible no traicionar mis principios con mantener una lealtad hacia los compañeros. Quizás, eso es lo que ahora le puede causar sorpresa, pero yo no me he movido un ápice de la defensa de los valores y las ideas socialistas.
Con lo que usted dice y con lo que ha ocurrido en toda España parece que el PSOE tiene graves problemas ¿Cómo cree usted que tienen que resolverse?
El actual embrollo en que nos encontramos los socialistas y el país solo puede empezar a resolverse si hacemos dos cosas simultáneamente: efectuar una catarsis renovadora en el PSOE, en forma de alternativa a la actual manera de hacer política y a su contenido. “Estoy convencido de que si hacemos una lista con los 10 principales problemas de los ciudadanos, ninguno de ellos se resolvería desde la confrontación entre opciones ideológicamente excluyentes”, esto que decía el ex ministro Jordi Sevilla me parece que es la enseñanza que debemos extraer los políticos de las pasadas elecciones. Antes bien, todos requerirían el acuerdo entre instituciones y partidos de muy diversas adscripciones. Por eso me resulta tan incomprensible la situación a la que algunos han llevado al partido y, lo que es peor e imperdonable, a los votantes de Aspe.
Los políticos suelen concretar poco y eso hace que no lleguen bien, o claros, los mensajes a la gente. Le importaría ser más concreto.
Creo que he sido clarísimo. El partido debe aprovechar para buscar nuevos liderazgos en torno a un programa de recuperación de musculo de partido y de propuestas a una sociedad que reclama una manera distinta de hacer política, más participativa que recupere sin miedo el discurso socialdemócrata y comprometido con el mantenimiento de un estado del bienestar del que el PSOE español es referente mundial. Es hora de decir, alto y claro, que las urgencias por salir de una crisis injusta, que no provocamos, nos ha llevado a tomar decisiones que no nos gustaban y que no compartíamos, pero que vamos a sentar las bases para que los ciudadanos estén por encima de los mercados.
Corríjame si me equivoco: más política, cuando la gente lo que pide es menos política, que la ciudadanía se abstenga de participar en algo que no sirve para dar solución a sus problemas.
Creo que es al revés de lo que usted dice. La gente está reclamando a gritos la vuelta a una política con mayúsculas, que defina el marco jurídico, social y económico en el que se desenvuelve la vida, y que no sean los mercados quienes nos digan lo que tenemos que hacer. En eso consiste el Movimiento 15M que los progresistas debemos saber escuchar para darnos cuenta de que muchas de las cosas que plantean no sólo son posibles, sino razonables. Por ello, como en otros momentos de nuestra historia, deben abordarse desde la pedagogía, el acuerdo y la fuerza hegemónica de los partidarios del cambio, frente a los resistentes al mismo.
Para finalizar, dígame lo más claro y conciso posible ¿qué hay que hacer para cambiar las cosas?
Tenemos la obligación de convertir la indignación de los ciudadanos en el motor de cambio para construir un futuro mejor para todos, el único futuro.